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  • Foto del escritorCactus Soul

EL GENIO DE LA LÁMPARA

Acabo de leer algo que me ha asustado y conmovido a partes iguales.

Acabo de recordar el vértigo de quien decide acurrucarse en una cueva llena de murciélagos y la calma de quien va en un barco velero con rumbo a la felicidad segura.

En un texto que estoy leyendo sobre los cuentos, una persona hablaba del Genio de Aladdín. Ese el cual concede tres deseos si frotas la lámpara.


He sentido vértigo al identificarme con la autora. He sentido el vértigo al pensar que, un día, una temporada, estuve tan perdida que si hubiera tenido la lámpara no la hubiera frotado. Si el Genio se me hubiera aparecido, no hubiera sabido qué pedir.

Me ha dado miedo acercarme a aquello y recordar lo vacía que estaba, o lo vacíos que estamos de vez en cuando. Las páginas en blanco que tenemos dentro del corazón y que no tenemos ni siquiera el coraje suficiente de ponerles un título para, aunque sea pidiendo un deseo y por arte de magia, se llenen de algo bonito y bueno para nosotros. Qué miedo pensar en que hemos perdido la esperanza hasta tal punto de no ser capaces de tener sueños, de tener deseos y de movernos hacia algo que pueda hacernos felices. Qué triste es estar estáticos, abandonar la capacidad de creer y de tener miedo por el futuro que queremos y que quizá no vendrá, pero que si todavía sentimos la espera, al menos nos hace estar vivos.


Ahora pienso en el Genio, ojalá apareciera ahora. Pienso en todo lo que le pediría, en lo que me encantaría conseguir y sonrío sabiendo que no lo tengo, que es difícil incluso casi imposible. Pero me siento feliz sabiendo que tengo deseos. Me siento llena de esperanzas, de ideas y de ilusiones. Y aunque no lo consiga nunca, creédme, es mejor fracasar que tener muerta el alma de esperanza.


Y tu, ¿tienes claro qué le pedirías al Genio?



BSTS

N.

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