Me abracé a unos ‘Loarre 2.0’ que me acompañaron en todo. Comprendí que hay un mundo esperándome, que puedo jugar con todo lo que me apasiona y compaginarlo. Descubrí mi vocación de casualidad, donde quiero estar y donde no. Termine de dar vueltas y encontré la locura que me faltaba en una morena de andorra y una rubia periodista. Revente la destilería un jueves cualquiera y me perdí en la música electrónica un domingo. Me reí tanto en el verano que todavía me duele la cara, me bañé en un mar nuevo y aprendí palabras portuguesas que ojalá no repita jamás.
Y así podría seguir con una interminable lista de cosas asombrosas que me han pasado este año, de gente brutal que ha estado conmigo.
Allá voy 26.


Comments